jueves, 13 de junio de 2013

Tortles Can Fly (Las tortugas también vuelan)


Para ver con barras y estrellas      
Cristian Parra
Turtles can fly (Las tortugas también vuelan) película escrita y dirigida por Bahman Ghobadi (2004) constituye la primera obra grabada en Iraq luego de la caída de Saddam Hussein.
Ghobadi nos narra una historia que afecta los sentidos y estremece las entrañas. Los protagonistas: Niños mutilados y golpeados por los brazos de la guerra.

¿Cómo narrar una historia que el público siga con atención cuando en los diez primeros minutos de película desfila un niño manco de ambos brazos, un bebe ciego de tres años es maltratado por su madre (otra niña de escasos 13 años  que lo desprecia) y el trabajo que desempeñan los niños es un absurdo en contra de cualquier derecho humano?

Bahman Ghobadi lo hace posible. Tal vez porque refleja una realidad y no tiene problema en parecer insensible al utilizar niños sacudidos y mutilados en la vida real, por el simple hecho de ser unos desgraciados que cometieron el único error de  nacer en una tierra y un momento inadecuado.

En un campamento de refugiados del Kurdistán iraquí, llama increíblemente la atención el hecho de que un niño, “Kak Satellite”, tenga tan elevado grado de atención y respeto por parte de la comunidad  y a la vez comande y organice a todos los niños de la misma, a fin de efectuar un trabajo increíblemente riesgoso. Recolectar minas antipersona.

Ghobadi nos muestra el dolor, el rencor, la impotencia, la inocencia, la culpa, la ignorancia y la cruda realidad que afecta a los niños de un pueblo que no tiene medio de subsistencia, más que el de arriesgar el pellejo y buscar minas, casquetes de bombas y demás  aparatos bélicos para venderlos en el mercado negro.

Con todos estos elementos y la realidad abrumadora que los envuelve, pareciera que solo existe una manera de contar una historia de amor creíble. No correspondida y trágica.

A pesar de que la historia de “amor o encantamiento no correspondido” surge entre  niños, que en teoría deberían guardar una inocencia impúber; los argumentos y el transcurrir de los hechos y la trama, nos hace que por momentos los veamos como adultos.  El trauma sufrido por una niña (Agrin) al ser violada por los asesinos de su familia y amigos, la lleva a despreciar y hasta odiar al niño fruto de aquella horrible experiencia; hasta el punto de maltratarlo (a sabiendas de que era ciego e indefenso), abandonarlo y por último asesinarlo.

Sin embargo, el personaje del niño manco de los brazos que predice el futuro, a pesar de ser protagónico, no tuvo el carácter de rotundo que en un principio pareció o que pudo haber tenido. Ghobadi limita la historia a narrar las peripecias y acciones de un grupo de niños refugiados en el transcurrir de los días previos a la guerra, mostrar el trauma infantil que padecía Agrin y por ende reflejaba en maltrato de su bebe y por último, la ignorancia de un pueblo en cuanto a lo que sucedía fuera de él.

Es innegable que Ghobadi muestra un muy buen espejo de la realidad, pero  por otro lado, muy sutilmente fija posición crítica ante los hechos políticos detrás de lo ocurrido y sobre todo, ante la figura de George W Bush y la paulatina americanización del medio oriente.

A pesar de estar lejos de ser una obra maestra del cine, “Las tortugas también vuelan” amerita ser vista y apreciada por su historia y carga de emociones inmersas en ella.

Título: Lakposhtha hâm parvaz mikonand (Las tortugas también vuelan) Año: 2004. Director: Bahman Ghobadi. Guión: Bahman Ghobadi. Música: Housein Alizadeh. Fotografía: Shahriar Assadi, Montaje: Mustafa Kherqepush Haydeh Safi-Yari. Protagonistas: Avaz Latif, Soran Ebrahim, Hiresh Feyssal Rahman, Saddam Hossein Feysal, Abdol Rahman Karim, Ajil Zibari. País(es): Irán, Francia, Iraq. Género: Drama. Duración: 95 minutos. 

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