Cristian Parra
Turtles can fly (Las tortugas también vuelan) película escrita y dirigida por Bahman Ghobadi (2004) constituye la primera obra grabada en Iraq luego de la caída de Saddam Hussein.
Turtles can fly (Las tortugas también vuelan) película escrita y dirigida por Bahman Ghobadi (2004) constituye la primera obra grabada en Iraq luego de la caída de Saddam Hussein.
Ghobadi
nos narra una historia que afecta los sentidos y estremece las entrañas. Los
protagonistas: Niños mutilados y golpeados por los brazos de la guerra.
¿Cómo narrar
una historia que el público siga con atención cuando en los diez primeros
minutos de película desfila un niño manco de ambos brazos, un bebe ciego de
tres años es maltratado por su madre (otra niña de escasos 13 años que lo desprecia) y el trabajo que desempeñan
los niños es un absurdo en contra de cualquier derecho humano?
Bahman
Ghobadi lo hace posible. Tal vez porque refleja una realidad y no
tiene problema en parecer insensible al utilizar niños sacudidos y mutilados en
la vida real, por el simple hecho de ser unos desgraciados que cometieron el
único error de nacer en una tierra y un
momento inadecuado.
En un
campamento de refugiados del Kurdistán iraquí, llama increíblemente la atención
el hecho de que un niño, “Kak Satellite”, tenga tan elevado grado de atención y
respeto por parte de la comunidad y a la
vez comande y organice a todos los niños de la misma, a fin de efectuar un
trabajo increíblemente riesgoso. Recolectar minas antipersona.
Ghobadi
nos muestra el dolor, el rencor, la impotencia, la inocencia, la culpa, la
ignorancia y la cruda realidad que afecta a los niños de un pueblo que no tiene
medio de subsistencia, más que el de arriesgar el pellejo y buscar minas,
casquetes de bombas y demás aparatos
bélicos para venderlos en el mercado negro.
Con todos
estos elementos y la realidad abrumadora que los envuelve, pareciera que solo
existe una manera de contar una historia de amor creíble. No correspondida y
trágica.
A pesar de
que la historia de “amor o encantamiento no correspondido” surge entre niños, que en teoría deberían guardar una
inocencia impúber; los argumentos y el transcurrir de los hechos y la trama,
nos hace que por momentos los veamos como adultos. El trauma sufrido por una niña (Agrin) al ser
violada por los asesinos de su familia y amigos, la lleva a despreciar y hasta
odiar al niño fruto de aquella horrible experiencia; hasta el punto de
maltratarlo (a sabiendas de que era ciego e indefenso), abandonarlo y por
último asesinarlo.
Sin embargo,
el personaje del niño manco de los brazos que predice el futuro, a pesar de ser
protagónico, no tuvo el carácter de rotundo que en un principio pareció o que
pudo haber tenido. Ghobadi limita la historia a narrar las
peripecias y acciones de un grupo de niños refugiados en el transcurrir de los
días previos a la guerra, mostrar el trauma infantil que padecía Agrin y por
ende reflejaba en maltrato de su bebe y por último, la ignorancia de un pueblo
en cuanto a lo que sucedía fuera de él.
Es innegable
que Ghobadi
muestra un muy buen espejo de la realidad, pero
por otro lado, muy sutilmente fija posición crítica ante los hechos
políticos detrás de lo ocurrido y sobre todo, ante la figura de George W Bush y
la paulatina americanización del medio oriente.
A pesar de
estar lejos de ser una obra maestra del cine, “Las tortugas también vuelan”
amerita ser vista y apreciada por su historia y carga de emociones inmersas en
ella.
Título: Lakposhtha hâm parvaz mikonand
(Las tortugas también vuelan) Año: 2004. Director: Bahman
Ghobadi. Guión: Bahman Ghobadi. Música: Housein Alizadeh. Fotografía: Shahriar Assadi, Montaje: Mustafa Kherqepush Haydeh
Safi-Yari. Protagonistas: Avaz
Latif, Soran Ebrahim, Hiresh Feyssal Rahman, Saddam Hossein Feysal, Abdol
Rahman Karim, Ajil Zibari. País(es):
Irán, Francia, Iraq. Género: Drama. Duración: 95 minutos.
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